Deberían ustedes empezar a plantearse que una marca no puede depender de lo que quieren los clientes.
El propósito de una marca es batir al mercado. Ni más ni menos. No se puede perder el tiempo tratando de atender todo lo que les van a proponer aquellos que quieren opinar.
Aceptar que no todo el mundo es nuestro cliente es el primer paso para construir una marca potente. Una marca que ante todo es nuestra. Aquellos que la aceptan serán nuestros clientes principales. Aquellos que se sientan identificados serán nuestros apóstoles.
El resto es perder el tiempo y comprometer recursos muy valiosos.
Nos centramos en:
Reconocidos por instituciones académicas y empresariales como una de las mejores empresas a la hora de entender y analizar la evolución del marketing.
No sólo por la correcta aplicación de los últimos conceptos y herramientas conocidas, sino por aportar enfoques nuevos, consecuentes y efectivos. Adelantándonos a los cambios que se producen. Cambios que afectan a la forma en que se debe tratar a la competencia, a la efectividad de la relación con los clientes, o la forma en que se mantiene el posicionamiento en el mercado.